miércoles, 25 de abril de 2012

TIENES UNA CARTA


Tenemos el honor de invitarle al acto de escritura que tendrá lugar cuando usted lo estime conveniente. Se ruega su asistencia puesto que de no ser posible nos veríamos obligados a suspender el acto.
El protocolo establecido exige útiles de escritura manual. Si bien se dudó en un primer momento de la idoneidad de algunos de ellos, dada la facilidad para la desaparición o alteración del mensaje por medio de gomas de borrar, estos resultaron finalmente admitidos al tener en cuenta que el propio acto de borrar palabras supone el reconocimiento y valoración de las mismas.
El soporte habitual es el papel aunque, a la vista de una diversidad que incluía declaraciones de guerra escritas sobre rocas metamórficas o mensajes de amor en hojas de castaño, la Junta Directiva ha optado por aceptar todo tipo de base material para el mensaje.
El envase recomendado es el sobre, innecesario si usted escribe una postal, pero insuficiente si ha optado por algo que no pueda albergar este acostumbrado recipiente.
A continuación, un mensaje personal de nuestro Presidente en la picota.
Como Presidente de esta Junta Directiva de la empresa ILUSIÓN EN EL BUZÓN quiero ser claro, porque usted estará harto de vaciar el buzón de publicidad y correspondencia del banco.
¿Cuánto hace que no recibe una carta personal, que no tiene esa alegría al ver un sobre con su nombre y dirección escritos a mano, esa emoción que brinca por las escaleras y no cabe en la caja del ascensor? ¿Lo recuerda?
Escriba usted a sus seres amados, o a los que odia, a los Reyes Magos, a mamarrachos que chupan del bote... Coja una hoja, escríbalo todo, métalo en un sobre, póngale un sello y envíelo por correo o... ¡mil rayos! le enviaré a mis padrinos...
Gracias, presidente. Puede usted retirarse a su particular inopia.
Disculpen ustedes estas últimas palabras de un hombre que ya se va.
Hemos dicho adiós, señor mío. Por favor, retiren a este energúmeno.
ILUSIÓN EN EL BUZÓN tiene el honor de invitarle a escribir una carta personal a quien usted estime conveniente.
Se ruega estricta etiqueta.

Publicado en El Comercio

miércoles, 18 de abril de 2012

MITOS HUMANOS


El diccionario de la RAE define “morbo” como el interés malsano por personas o cosas, y también como la atracción hacia acontecimientos desagradables. Tal vez esta definición es demasiado breve o es que “morbo” no es el término adecuado para esa atracción por la muerte del mito.
            James Dean o Marylin Monroe para el cine; Mozart o Janis Joplin para la música; John Kennedy Toole sin publicar su novela; Franz Kafka pretendiendo el olvido (menos mal que hay amigos traidores como Max Brod)... Todos conocemos a los mitos que murieron antes de tiempo. Los hay muy populares y otros de andar por casa: lo importante es que para algunas personas esos seres humanos tienen un significado fuera de lo comprensible o lógico para los demás. Acudiendo de nuevo a nuestro mítico diccionario RAE: persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen, eso es un mito. Y como somos humanos tenemos debilidades sobre las que la sociedad, de una u otra manera, nos exige cierto control. Por eso queremos saber de las debilidades de los mitos, su parte más terrenal, para sentir que no están tan lejos de nosotros, ni nosotros tan lejos de su estado de gloria. Luego llega ese chaval que se quiere suicidar a los 27 si no es capaz de tocar la guitarra como Jimi Hendrix, uno que escribe de sus borracheras emulando a Bukowski,  otro que viaja a Méjjico para probar el peyote en plan Jim Morrison o los que se suicidaron imitando a Kurt Kobain o por la muerte de Rodofo Valentino.
            La industria musical y cinematográfica ha sacado buen provecho de esos mitos humanizados hasta morir en plena juventud, de hecho algunos de ellos ni siquiera habrían sido recordados si no fuera por esa muerte temprana. También hubo mitos que tomaron el camino del exceso y fallecieron -o lo harán- de viejos, pero estos no parecen tan relevantes para un público dispuesto a consumir los restos del héroe: la muerte a destiempo del mito es la forma de consagrarlo. No olviden que algunos llevan siglos de ventaja en este negocio: sólo necesitaron dos maderos y tres clavos.

Publicado en El Comercio

jueves, 12 de abril de 2012

ABERRACIÓN AL MARGEN


Aprovechando esos momentos que proporciona el verano a quien busca la sombra, me dejé caer bajo las lloronas ramas de un sauce acompañado por un libro prometedor, lo entreabrí al azar y empecé a leer uno de esos magníficos artefactos de precisión que elabora Ángel Olgoso, el microrrelato titulado “Los ojos”:
      Me sucede en ocasiones, al contemplar con detenimiento los ojos de mi esposa (ya a la venta la nueva y revisada edición de los “Cuentos completos” de Rafael Alberti, una nueva presentación de Ediciones Acme), que no veo por un instante su delicada forma almendrada, casi bizantina...
      Aturdido, lancé el libro por encima de mi cabeza y cogí un nuevo volumen que sin duda no me defraudaría, una recopilación de poesía española de todos los tiempos: los clásicos siempre nos ponen a salvo. ¿Hay algo más clásico que esto?
      Cerrar podrá mis ojos la postrera (muy pronto, en su librería, la esperada nueva novela de Edgar Allan Poe: “Amor paranormal”, de Ediciones Acme) / sombra que me llevare el blanco día...
Pero, ¿eran posibles semejantes aberraciones?
      No. Esta ficticia situación pretende llamar la atención sobre los mensajes de autopropaganda que asaltan las emisiones televisivas. Hay muchas películas concebidas como obras de arte, algunas incluso llegan a serlo (para aclarar este concepto acudan a su enciclopedia favorita, esto no es un mensaje de Acme Ediciones). Tal vez no podamos comparar las películas de Ridley Scott con Góngora o Quevedo, pero ¿por qué tenemos que tragar esos mensajes que aparecen en nuestra pantalla, anunciando futuros programas del mismo canal de televisión, cuando intentamos meternos en la piel del gladiador que lucha en la arena por su honor y la venganza?
      Las películas en televisión no son más que entretenimiento, un producto para rellenar horas de programación, como cualquier concurso, magazín, etc.
      Deberían incrustar la autopropaganda en el film. Cuando el gladiador grita a pleno pulmón Roma vincit, se vuelve hacia la cámara para añadir: pero si quieres ver vencedores, no te pierdas el nuevo programa de Acme TV.

Publicado en El Comercio

miércoles, 4 de abril de 2012

TERRA INCOGNITA


Que llegue la luz hasta las zonas oscuras en torno a las figuras destacadas por los focos, que aparezcan rasgos desconocidos o nuevos rincones en la escena. Lo visto nos ha fascinado tanto que queremos saber más sobre los momentos no contados de los héroes y los malvados. No es nada nuevo, son muchos los que han recurrido a esta parte de la historia para dar contenido a sus narraciones, a veces de forma explícita, otras no tan clara. Todo lo que no es tradición es plagio, afirmó Eugenio D'Ors. Es indudable que Virgilio escribió la Eneida a partir de la Ilíada de Homero, pero ¿hasta qué punto son deudores los Sherlock Holmes y Watson, creados por Conan Doyle, de los cervantinos Quijote y Sancho?
       La tradición es la transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación, afirma el diccionario de la RAE. Tomar los textos conocidos y darles nuevas interpretaciones sería parte de la tradición: el autor de La Celestina leyó a Plauto, Terencio o Aristófanes, para crear algo nuevo y moderno en su momento que pasaría a formar parte de la tradición cultural occidental.
       Pero, con el calor que hace y toda esa gente que va a la playa para dejarse caer con desidia sobre la arena o mecerse entre las olas acostados sobre un neumático de camión que permite mantener a remojo las posaderas mientras la panza va tomando el color del centollo cocido, ¿a quién le apetece hablar de intertextualidad?
       En Las últimas voluntades del caballero Hawkins, de Jesús del Campo, leíamos qué vida adulta tuvo el joven protagonista de La isla del tesoro.
     Los lectores nos preguntamos dónde están los otros tomos de esa magnífica historia que es un buen libro, especialmente los escritores, y probablemente casi todos estos dirán que lo que querían hacer era dar forma a esa inmensa terra incognita.
       ¿Fue una joven casquivana la abuela de Caperucita Roja? ¿Murió de viejo y en la cama Lázaro de Tormes? ¿Qué hizo Leopold Bloom a partir del 17 de junio de 1904? ¿No les gustaría conocer la vida adulta de Huckleberry Finn?