jueves, 18 de abril de 2013

BUCANEROS BAJO LA LUNA


Es fácil evadir responsabilidades ante un trabajo en grupo, más aún cuando puedes hacer gestiones no especializadas como comprar siguiendo una lista. Pero no olvidemos que al final siempre habrá un par de personas que lleven el peso creativo, y sólo depende de sus artes el que, con las viandas dispuestas, hagan sencillamente de comer o realmente cocinen. Sabemos distinguir la diferencia.
        Siempre me he sentido un poco pirata, en estas merendolas al fuego, desde que leí el libro que contaba de primera mano la vida de los verdaderos piratas del Caribe, los bucaneros (del francés boucan, barbacoa). Es el libro de Alexander Exquemelin, llamado el médico de los piratas, un aventurero doctor –tal vez simplemente barbero o sacamuelas, no había tanta diferencia– cuya peripecia le llevó a compartir botines con inolvidables filibusteros como el Olonés o el gran Henry Morgan.
        La noche es magnífica para quien se quiera escaquear pero uno nunca deja de ser cocinero, de distinguir que la carne es de gran calidad pero sólo alguien con buena mano sabe darle ese punto de excelencia. Por eso se hace imprescindible un acercamiento a la parrilla manipulada por dos hermanos, Nino y Pablo. Me explican los secretos de cocinar en la barbacoa.
       Esto es fácil, pones lo necesario, compruebas el calor y ya está. Y lo hacen, ante mis ojos, que no lo ven tan fácil.
        Cuenta Pablo –hablando de manjares– que lo que come en casa de
su madre suele ser cena en casa de su hermano, o al revés. Nino, el hermano mayor, lo explica un poco más: aprendió a guisar de su madre y, aunque se pase meses sin verla, a la hora de cocinar es fácil que hagan los mismos platos el mismo día.
       ¿Qué transmisión de madre a hijo es esta? ¿Una cuestión de costumbres que no podemos comprender? ¿Una misteriosa conexión entre condiciones naturales e ingredientes en un código que sólo ellos saben interpretar?
     El erudito pretenderá dar explicaciones alegando menús semanales marcados por dietas o racionamientos de posguerra. Estos materialistas también son útiles en una barbacoa bajo la luna, como combustible.

Publicado en El Comercio

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