miércoles, 12 de octubre de 2011

MY TAILOR IS RICH


No me extraña que algunos niños afirmen con los ojos como platos que su programa favorito de la tele son los anuncios. Condensar en unos segundos un mensaje concreto, cargado de información dirigida a un público determinado con la intención de moverlo a acciones de consumo, es algo que los publicistas han llegado a convertir en arte.
Lo que no entiendo es a qué vienen esas frases en inglés. Como ese en el que dicen la marca del coche y luego, en inglés: mueve tu mente. O te invitan a pimplar ron —invitan en el sentido de incitar a consumir; la pasta la pones tú, of course1— y luego te sueltan no sé qué en la lengua de Shakespeare. Está claro que quedan mucho mejor esas frases que, por incomprensibles, pasean discretamente ante nuestros ojos mensajes descabellados. Ropa auténtica de la gente salvaje, leemos (en anglo, naturalmente) en el elegante polo de ese señor mayor, mientras juega al dominó.
Parece que lo dicho en otro idioma, por absurdo que sea, es más fascinante. Como aquella chica que sonreía inocentemente vestida con una camiseta rosa en la que se leía, bajo el dibujo de un gatito: a las chicas calientes les gusta el rosa. Y más de uno, aún no sabiendo inglés, pudo comprobar que la chica era más bien fría, distante, ajena al paso del tiempo, carpe diem2 no estaba entre sus principios vitales. Más de un estudiante de intercambio se rindió ante ella defraudado. Chaise3, decía en teutón un Erasmus.
Todo esto puede resumirse en unos segundos como hicieron en un anuncio de no sé qué país nórdico —je ne se pás4— en el que toda una familia subía al coche (padre y madre delante, niño y niña detrás) y conectaban la radio para oír una canción que acompañaban con agradables sonrisas familiares mientras empezaban su viaje. Los subtítulos que traducían la canción eran una serie interminable de tacos que no borraba la ignorante sonrisa. Luego salía un rótulo que anunciaba clases de inglés.
Otros dirán que es mejor vivir en la bendita inopia, fucking nice, isn’t it?5
Y para que vean que aquí no hay trampa ni cartón, añado las traducciones pertinentes6.

1 Inglés: por supuestísimo.
2 Latín: vive al día, disfruta del momento, a por todas...
3 Alemán: mierrda, me equivoqué con esta chica y mirra que la camiseta parrecía bien clarra.
4 Francés: vaya usted a saber.
5 Inglés: fascinante, ¿no es ello?
6 Castellano: oportunas, adecuadas, las que vienen al caso, no sé si me explico.


Publicado en El Comercio

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