miércoles, 2 de enero de 2013

ESTORNUDO


El estornudo no es propiedad única de los seres humanos: vacas, cerdos, ratones y monos estornudan. Ilustres naturalistas como Charles Darwin o Gerald Durrell también expelían sus gérmenes de forma incontrolada cuando se resfriaban. Y lo mismo hacen príncipes, mendigos, futbolistas millonarios y demás parientes. ¿Estornudan las aves o los insectos? ¿Alguien ha visto a un escarabajo estornudando? Andrei Koten, biólogo de confianza, afirma que el estornudo está reservado para los seres vivos con un sistema respiratorio a base de pulmones (este científico no es de los que duermen la siesta ante el documental con la intención de que el subconsciente se quede con algo).
      ¿A ustedes no les parece extraterrestre esa capacidad que tienen algunas personas para contener los estornudos? Ponen la misma cara absurda que todos, pero de pronto son capaces de reprimirse. Las opiniones se dividen, para algunos es un gesto elegante, para otros, un síntoma de mente insana.
      Me fascinan y horripilan por igual esas personas de estornudo bestial, horrísono, atronador... He oído a gente estornudar desde pisos de alquiler que si fuera en un hotel me cambiaría de habitación, dice una señora mayor que me ve escribiendo y mira por encima del hombro.
      Los padres enseñamos pronto a nuestros hijos a poner la mano ante la boca para controlar la nube de gérmenes. Es probable que, en nuestro claro deseo de inculcar buenas y saludables maneras metamos nuestros propios deseos y prejuicios, virus para toda la vida.
      Tuve una compañera de trabajo, alma artística incomprendida, que afirmaba que los estornudos eran como orgasmos. Algún romántico empedernido le ofrecía un cigarrillo, para después de ese bello momento.
      De entre las teorías sobre el origen de la costumbre consistente en completar a quien estornuda con un Jesús, santinos o salud, me quedo con la que afirmaba que al estornudar se iba el alma por la boca y, como el demonio siempre estaba acechando, la mención de una palabra sagrada se hacía necesaria para evitar que el Maligno se adueñase del cuerpo vacío. Qué satánica tentación.

Publicado en El Comercio

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