miércoles, 13 de junio de 2012

LECCIÓN NATURAL


Todo empezó cuando alguien comentó el extraño caso de esa mujer en Texas que se hizo una operación para convertir la carne sobrante de sus muslos en verdaderas “cartucheras”, fundas en su propio cuerpo para poder introducir un par de pistolas. De la complejidad que pudo suponer esa operación para abrir la piel y cicatrizar carne viva como forro, la conversación pasó a la cercanía del arma al cuerpo como sensación de poder palpable, o no. Coincides un día con unos literatos tomando vinos y acabas así, o peor.
        Por si no lo sabíais, dijo la novelista, eso es una cuestión evolutiva: las mujeres acumulamos grasa en las zonas del cuerpo que protegerían a nuestros posibles bebés y los hombre hacen su reserva de energía en la panza, porque de esa manera podían correr sin impedimentos, seguir siendo válidos para la caza.
        Hay que ver lo que aprende uno a la hora del vermú.
       Por esa misma línea de pensamiento podemos concluir que la literatura es cosa de hombres, dijo el puritito macho ensayista dándole un tiento al coñac para empezar la batalla. No me miren así, señoras, es una evolución lógica.
       Oye, Darwin, explícate ahora mismo si no quieres que hagamos contigo una selección natural.
       El polemista no pudo evitar cruzar las piernas ante la amenaza, pero aún así continuó con su planteamiento.
       Escribimos para rellenar vacíos. La literatura es una extensión de nuestros pensamientos que pretende llenar todas las cavidades, dar forma con palabras a lo posible, lo vivido y lo inconcebible, rellenar una grieta que nos acongoja...
        ¿Y qué tiene eso que ver con los hombres?
       Simbólicamente, dijo con cierto amaneramiento, la mujer es un hueco y el hombre una extensión que pretende rellenarlo, esa es su naturaleza.
       Oye, falócrata de salón de té, la mujer puede rellenar espacios intelectuales tan bien como cualquier hombre, o mejor...
       Mientras los objetos a mi alrededor se iban afilando comprobé que el agujero de las aceitunas seguía relleno de anchoa. ¿De dónde saldrá esta gente?, con lo fácil que es hablar de toros, de fútbol, de religión, de sexo, de política.

Publicado en El Comercio

No hay comentarios: